Nueve comunidades nativas del Bajo Urubamba y dos asentamientos humanos del distrito de Megantoni, provincia de La Convención, región Cusco, han demostrado su firme compromiso con el medio ambiente al recolectar una tonelada de pilas usadas como parte del Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario. Este esfuerzo refleja el compromiso de estas comunidades por proteger la naturaleza y gestionar adecuadamente los residuos peligrosos.
El ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, recibió en Lima los residuos recolectados, destacando la importancia de estas prácticas ecoamigables. “Esto refleja el compromiso de las comunidades por conservar los recursos naturales mediante el manejo adecuado de los residuos como el caso de las pilas usadas, que contienen materiales peligrosos que contaminan el ambiente y afectan la salud de las personas”, comentó Castro. Además, subrayó que el objetivo del Ministerio del Ambiente es articular con los diferentes actores sociales para contribuir a un ambiente más saludable.
Para llevar a cabo este programa, los pobladores de las comunidades nativas separan y segregan adecuadamente las pilas usadas, almacenándolas en galoneras para protegerlas de las lluvias. Posteriormente, las pilas se acopian temporalmente y luego se trasladan a un relleno sanitario para su disposición final.
Geranio Moka, representante del Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario del Bajo Urubamba, indicó que se realizan jornadas de sensibilización para educar a la población sobre la separación de residuos. “Esta acción la venimos realizando desde el año 2016, con apoyo de Pronaturaleza, que nos capacita para luego poder concientizar a las familias”, señaló.
Josefina Takahashi, presidenta de Pronaturaleza, destacó el trabajo conjunto con las comunidades en proyectos a favor de la naturaleza. “El tema ambiental es algo que nos une a todos”, afirmó.
Dato
Las pilas contienen al menos siete elementos tóxicos para la vida humana: mercurio, cadmio, níquel, litio, manganeso, plomo y zinc. Entre los daños que provocan están ceguera, cambios de personalidad, pérdida de memoria, daños en riñones y pulmones, cáncer y, a altas exposiciones, la muerte.